RIGUROSA HONESTIDAD

enero 26

¿Quién quiere ser rigurosamente honrado y tolerante? ¿Quién quiere confesar sus faltas a otra persona y reparar los daños causados? ¿A quién le interesa saber de un Poder Superior, sin mencionar la meditación y la oración? ¿Quién quiere sacrificar tiempo y energía intentando llevar el mensaje de A.A. al que todavía sufre? No, al alcohólico típico, extremadamente egocéntrico, no le interesa esta perspectiva — a menos que tenga que hacer estas cosas para conservar su propia vida.

DOCE PASOS Y DOCE TRADICIONES, p. 22

¿Quién quiere ser rigurosamente honrado y tolerante? ¿Quién quiere confesar sus faltas a otra persona y reparar los daños causados? ¿A quién le interesa saber de un Poder Superior, sin mencionar la meditación y la oración? ¿Quién quiere sacrificar tiempo y energía intentando llevar el mensaje de A.A. al que todavía sufre? No, al alcohólico típico, extremadamente egocéntrico, no le interesa esta perspectiva — a menos que tenga que hacer estas cosas para conservar su propia vida.

DOCE PASOS Y DOCE TRADICIONES, p. 22

Yo soy alcohólico. Si bebo me moriré. ¡Santo Cielo, qué poder, qué energía y qué emoción genera en mí esta simple declaración! Pero realmente, es todo lo que yo necesito saber hoy. ¿Estoy deseoso de permanecer vivo hoy? ¿Estoy dispuesto a mantenerme sobrio hoy? ¿Estoy dispuesto a pedir ayuda y estoy dispuesto a dar ayuda a otro alcohólico que esté sufriendo hoy? ¿Me doy cuenta de la naturaleza mortal de mi situación? ¿Qué debo hacer hoy, para permanecer sobrio?

 

UNOS A OTROS — LO QUE NECESITAMOS

enero 25

… A.A. dice a todo verdadero bebedor, “Tú eres miembro de A.A., si tú lo dices… nadie puede prohibirte la entrada.”

DOCE PASOS Y DOCE TRADICIONES, p. 135

… A.A. dice a todo verdadero bebedor, “Tú eres miembro de A.A., si tú lo dices… nadie puede prohibirte la entrada.”

DOCE PASOS Y DOCE TRADICIONES, p. 135

Durante muchos años, cuando reflexionaba sobre la Tercera Tradición (“El único requisito para ser miembro de A.A. es querer dejar de beber”), me parecía ser de valor solamente para los principiantes. Les servía como garantía de que nadie les podría excluir de A.A. Hoy me siento profundamente agradecido por el desarrollo espiritual que esta Tradición me ha traído. No voy buscando a la gente claramente diferente a mí. La Tercera Tradición, que hace resaltar la única forma en que la otra gente y yo nos parecemos, me ha hecho posible conocer y ayudar a todo tipo de alcohólico, quienes igualmente me han ayudado a mí. Carlota, una atea, me enseñó un más alto criterio del honor y de la ética; Carlos, que es de otra raza, me enseñó la paciencia; Patricio, un homosexual, me conducía por su ejemplo a la verdadera compasión; la joven María dice que el verme en las reuniones, con treinta años de sobriedad, le hace seguir volviendo. La Tercera Tradición aseguraba que se satisfaría lo que necesitábamos — los unos a los otros.

 

LA PARTICIPACIÓN

enero 24

Hay acción y más acción. “La fe sin obras es fe muerta”… Ser útiles es nuestro único propósito.

ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS, p. 88-89

Hay acción y más acción. “La fe sin obras es fe muerta”… Ser útiles es nuestro único propósito.

ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS, p. 88-89

Ya sé que el servicio es una parte vital de la recuperación, pero frecuentemente me pregunto, “¿qué puedo hacer yo?” ¡Simplemente empezar con lo que tengo hoy! Miro a mi alrededor para ver dónde hay una necesidad. ¿Están llenos los ceniceros? ¿Tengo yo pies y manos para vaciarlos y limpiarlos? ¡De repente me veo participando! El mejor orador puede hacer el peor café; el miembro que es mejor con los recién llegados puede que no sepa leer; el que esté deseoso de hacer la limpieza puede que haga un desbarajuste con la cuenta del banco — sin embargo, cada una de estas personas y de estos oficios son esenciales para un grupo activo. El milagro del servicio es éste: Cuando yo uso lo que tengo, me encuentro provisto de más de lo que nunca hubiera podido sospechar.

 

¿YA TE ESTÁS DIVIRTIENDO?

enero 23

… no somos una partida de malhumorados. Si los recién llegados no pudieran ver la alegría y el gozo que hay en nuestra vida, no la desearían. Tratamos de no caer en el cinismo en lo que se refiere a la situación de las naciones y de no llevar sobre nuestros hombros las dificultades del mundo.

ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS, p. 132

… no somos una partida de malhumorados. Si los recién llegados no pudieran ver la alegría y el gozo que hay en nuestra vida, no la desearían. Tratamos de no caer en el cinismo en lo que se refiere a la situación de las naciones y de no llevar sobre nuestros hombros las dificultades del mundo.

ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS, p. 132

Cuando mi casa está en orden, los distintos aspectos de mi vida me resultan más manejables. Despojado del manto de culpa y remordimientos que encubría mis años de bebedor, me veo en la libertad de desempeñar el papel que me corresponde en el universo; pero esta condición requiere mantenimiento. Debo parar a preguntarme, ¿Ya me estoy divirtiendo? Si me resulta difícil o penoso responder a esta pregunta, tal vez me tome demasiado en serio— y me resulte difícil admitir que me he desviado de la práctica de trabajar en el programa para mantener mi casa en orden. Me parece que los dolores que experimento son una forma en la que mi Poder Superior me llama la atención, urgiéndome a que evalúe mi actuación. El poco tiempo y esfuerzo que cuesta trabajar en el programa —por ejemplo, hacer un inventario o hacer reparaciones, lo que sea apropiado— te compensa con creces.

 

“MANTENGÁMOSLO SIMPLE”

enero 22

Algunas horas después me despedí del Dr. Bob… Su maravillosa y amplia sonrisa estaba en su rostro cuando me dijo casi de broma, “Recuerda, Bill, no estropeemos esta cosa. ¡Mantengámoslo simple!” Yo salí sin poder pronunciar una palabra. Esa fue la última vez que lo vi.

A.A. LLEGA A SU MAYORÍA DE EDAD, p. 214

Algunas horas después me despedí del Dr. Bob… Su maravillosa y amplia sonrisa estaba en su rostro cuando me dijo casi de broma, “Recuerda, Bill, no estropeemos esta cosa. ¡Mantengámoslo simple!” Yo salí sin poder pronunciar una palabra. Esa fue la última vez que lo vi.

A.A. LLEGA A SU MAYORÍA DE EDAD, p. 214

Después de años de sobriedad, de vez en cuando me pregunto a mí mismo: “¿Es posible que sea tan sencillo?” Luego, en las reuniones, veo a los escépticos y a los desengañados de años pasados que han logrado salir del infierno siguiendo el camino de A.A., dividiendo sus vidas, sin alcohol, en segmentos de 24 horas, durante las cuales practican unos cuantos principios lo mejor que pueden. Y de nuevo me doy cuenta de que, aunque no sea siempre fácil hacerlo, si lo mantengo sencillo, funciona.

 

SERVIR A MI HERMANO

enero 21

El miembro A.A. le habla al recién llegado no con un espíritu de poder sino con un espíritu de humildad y debilidad.

A.A. LLEGA A SU MAYORÍA DE EDAD, p. 279

El miembro A.A. le habla al recién llegado no con un espíritu de poder sino con un espíritu de humildad y debilidad.

A.A. LLEGA A SU MAYORÍA DE EDAD, p. 279

Según pasan los días en A.A., le pido a Dios que dirija mis pensamientos y las palabras que digo. En esta labor de participación continua en la Comunidad, se me presentan muchas oportunidades de hablar. Así que suelo pedir a Dios que me ayude a vigilar mis pensamientos y mis palabras, para que sean un fiel y apropiado reflejo de nuestro programa; a enfocar de nuevo mis aspiraciones en la búsqueda de su orientación; que me ayude a ser verdaderamente amoroso y bondadoso, útil y consolador y, no obstante, siempre lleno de humildad y despejado de toda arrogancia.

Tal vez hoy tenga que enfrentar las palabras o actitudes desagradables típicas del alcohólico que aún sufre. Si esto ocurriera, haré una pausa para centrarme en Dios, para así poder reaccionar desde una perspectiva de compostura, fortaleza y sensibilidad.

d sensibility.

 

 

“HACEMOS UNA PAUSA... Y PEDIMOS”

enero 20

A medida que transcurre el día, hacemos una pausa si estamos inquietos o en duda, y pedimos que se nos conceda la idea justa o la debida manera de actuar.

ALCOHOLICS ANONYMOUS, p. 87

A medida que transcurre el día, hacemos una pausa si estamos inquietos o en duda, y pedimos que se nos conceda la idea justa o la debida manera de actuar.

ALCOHOLICS ANONYMOUS, p. 87

Humildemente le pido hoy a mi Poder Superior que me dé la gracia de encontrar el espacio entre mi impulso y mi acción; que deje correr una brisa refrescante cuando yo respondería acaloradamente; que interrumpa la fiereza con una paz apaciguadora; que posibilite que la crítica se convierta en criterio; que el silencio se anteponga cuando mi lengua se apuraría a atacar o a defender.

Prometo velar por cualquier oportunidad de volverme hacia mi Poder Superior en busca de guía. Yo sé dónde está este poder: reside dentro de mí, tan claro como un arroyo de la montaña, oculto entre las lomas — este es el insospechado Recurso Interior.

Doy gracias a mi Poder Superior por este mundo de luz y de verdad que veo cuando le dejo que dirija mi visión. Hoy confío en Él y espero que Él confíe en que yo voy a hacer todo esfuerzo para encontrar hoy el pensamiento propicio o la acción apropiada.

FE A TODA HORA

enero 19

La fe tiene que operar en y a través de nosotros las veinticuatro horas del día, o de lo contrario pereceremos.

ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS, p. 16

La fe tiene que operar en y a través de nosotros las veinticuatro horas del día, o de lo contrario pereceremos.

ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS, p. 16

La esencia de mi espiritualidad, y de mi sobriedad, descansa en una fe que dura las veinticuatro horas de cada día, fe en un Poder Superior. Tengo que confiar en el Dios de mi entendimiento y tenerlo siempre presente según sigo adelante con mis actividades diarias. ¡Qué reconfortante es para mí la idea de que Dios obra en y por medio de la gente! Al hacer una pausa en mi rutina cotidiana, ¿traigo a la memoria ejemplos concretos y particulares de la presencia de Dios? ¿Me siento maravillado e inspirado por la multitud de veces en las que este poder se pone de manifiesto? Estoy rebosante de gratitud por la presencia de Dios en mi vida de recuperación. De no tener esta fuerza omnipotente en todas mis actividades, volvería a hundirme en el abismo de mi enfermedad — y la muerte.

 

¿TE AYUDARÍA UN TRAGO?

enero 18

Al repasar nuestros historiales de bebedores, podíamos demostrar que, años antes de darnos cuenta, ya estábamos fuera de control, que incluso entonces nuestra forma de beber no era un simple hábito, sino que en verdad era el comienzo de una progresión fatal.

DOCE PASOS Y DOCE TRADICIONES, p. 21

Al repasar nuestros historiales de bebedores, podíamos demostrar que, años antes de darnos cuenta, ya estábamos fuera de control, que incluso entonces nuestra forma de beber no era un simple hábito, sino que en verdad era el comienzo de una progresión fatal.

DOCE PASOS Y DOCE TRADICIONES, p. 21

Cuando yo todavía estaba bebiendo, no podía responder a cualquier situación de la vida como lo hacía otra gente más sana. El más pequeño de los incidentes me producía un estado de ánimo tal que creía necesario tomarme un trago para adormecer mis sentimientos. Pero el adormecimiento no mejoraba la situación, así que tenía que buscar nuevo escape en la botella. Hoy tengo que estar consciente de mi alcoholismo. No puedo darme el lujo de creer que yo he adquirido control sobre mi forma de beber — o pensar otra vez que he reconquistado el control de mi vida. Tal sentimiento de control es fatal para mi recuperación.

 

LA FELICIDAD LLEGA QUEDAMENTE

enero 17

El problema que teníamos los alcohólicos era éste: Exigíamos que el mundo nos diera felicidad y tranquilidad de espíritu exactamente en la forma en que nos conviniera obtenerlas — por medio del alcohol. Y no tuvimos éxito. Pero cuando dedicamos algún tiempo a enterarnos de algunas de las leyes espirituales y a familiarizarnos con ellas, y a ponerlas en práctica, entonces obtenemos felicidad y tranquilidad de espíritu… Parece que hay algunas reglas que tenemos que cumplir, pero la felicidad y la tranquilidad de espíritu siempre están allí, a la libre disposición de cualquiera.

EL DR. BOB Y LOS BUENOS VETERANOS, p. 323

El problema que teníamos los alcohólicos era éste: Exigíamos que el mundo nos diera felicidad y tranquilidad de espíritu exactamente en la forma en que nos conviniera obtenerlas — por medio del alcohol. Y no tuvimos éxito. Pero cuando dedicamos algún tiempo a enterarnos de algunas de las leyes espirituales y a familiarizarnos con ellas, y a ponerlas en práctica, entonces obtenemos felicidad y tranquilidad de espíritu… Parece que hay algunas reglas que tenemos que cumplir, pero la felicidad y la tranquilidad de espíritu siempre están allí, a la libre disposición de cualquiera.

EL DR. BOB Y LOS BUENOS VETERANOS, p. 323

La simplicidad del programa de A.A. me enseña que la felicidad no es algo que yo pueda exigir. Me llega muy quedamente mientras sirvo a otros. Al ofrecer mi mano al recién llegado o a alguien que ha recaído, veo que mi propia sobriedad ha sido reforzada con una indescriptible gratitud y felicidad..