LA IDEA DE LA FE

6 de marzo

No dejes que ningún prejuicio que puedas tener en contra de los términos espirituales te impida preguntarte a ti mismo lo que significan para ti. 

ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS, p. 47 

No dejes que ningún prejuicio que puedas tener en contra de los términos espirituales te impida preguntarte a ti mismo lo que significan para ti. 

ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS, p. 47 

La idea de la fe es algo difícil de tragar, cuando dentro y alrededor de mí el miedo, la duda y la ira abundan. A veces, la mera idea de hacer algo diferente, algo que no estoy acostumbrado a hacer, puede acabar convirtiéndose en un acto de fe si lo hago regularmente y sin debatir sobre si es la cosa apropiada para hacer. Cuando llega un día malo y las cosas no salen bien, una reunión o una conversación con otro borracho a menudo me distraen lo suficiente como para convencerme de que todo no es tan imposible, tan abrumador como lo había creído. De la misma forma, asistir a una reunión o hablar con un compañero alcohólico son actos de fe: creo que estoy contrarrestando mi alcoholismo. Estas son las formas en las que sigo acercándome a la fe en un Poder Superior. 

 

UNA TAREA DE POR VIDA

5 de marzo

“Pero, en estas circunstancias, ¿cómo quieres que me lo ‘tome con calma’? Eso es lo que yo quisiera saber”.

DOCE PASOS Y DOCE TRADICIONES, p. 24

“Pero, en estas circunstancias, ¿cómo quieres que me lo ‘tome con calma’? Eso es lo que yo quisiera saber”.

DOCE PASOS Y DOCE TRADICIONES, p. 24

Nunca se me conoció por mi paciencia. Cuántas veces me he preguntado, “¿Por qué debo esperar, cuando lo puedo obtener ahora mismo?” En verdad, cuando me presentaron los Doce Pasos por primera vez, me sentía como un “niño en una tienda de caramelos”. No podía esperar llegar al Paso Doce; creí que sería cosa de solamente unos pocos meses de trabajo. Hoy me doy cuenta de que vivir los Doce Pasos de A.A. es una tarea para toda la vida.

 

DESYERBAR EL JARDÍN

4 de marzo

La esencia de todo progreso es la buena disposición 
para hacer los cambios que conducen a lo mejor y 
luego la resolución de aceptar cualesquier responsabilidades 
que estos cambios nos entrañen. 

COMO LO VE BILL, p. 115

La esencia de todo progreso es la buena disposición 
para hacer los cambios que conducen a lo mejor y 
luego la resolución de aceptar cualesquier responsabilidades 
que estos cambios nos entrañen. 

COMO LO VE BILL, p. 115

Cuando llegué al Paso Tres, había sido liberado de 
mi dependencia del alcohol, pero la amarga experiencia 
me ha enseñado que una sobriedad continua 
requiere un continuo esfuerzo. 

De vez en cuando hago una pausa para echar 
una buena mirada a mi progreso. Mi jardín se va 
desyerbando más y más cada vez que lo inspecciono, 
pero también cada vez encuentro nuevas yerbas 
brotando donde yo pensaba que ya había hecho 
mi última limpieza con mi rastrillo. A medida que 
regreso para arrancar las nuevas yerbas (es más 
fácil cuando están recién crecidas), me paro a admirar 
lo exuberante del crecimiento de los vegetales 
y las flores, y mi trabajo tiene su recompensa. Mi 
sobriedad crece y da sus frutos. 

 

SUPERAR LA OBSTINACIÓN

3 de marzo

Así es que nuestras dificultades, creemos, son básicamente producto de nosotros mismos; surgen de nosotros, y el alcohólico es un ejemplo extremo de la obstinación desbocada, aunque él piense que no es así. Por encima de todo, nosotros los alcohólicos tenemos que librarnos de ese egoísmo. ¡Tenemos que hacerlo o nos mata!

ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS, p. 62

Así es que nuestras dificultades, creemos, son básicamente producto de nosotros mismos; surgen de nosotros, y el alcohólico es un ejemplo extremo de la obstinación desbocada, aunque él piense que no es así. Por encima de todo, nosotros los alcohólicos tenemos que librarnos de ese egoísmo. ¡Tenemos que hacerlo o nos mata!

ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS, p. 62

Durante muchos años mi vida giraba alrededor de mí mismo. Estaba consumido por el ego en todas sus formas —el egoísmo, el egocentrismo, la lástima de mí mismo— todos los cuales brotaban de mi soberbia. Hoy, mediante la Comunidad de Alcohólicos Anónimos, se me ha regalado la oportunidad de practicar los Pasos y las Tradiciones en mi vida diaria, se me ha regalado mi grupo y mi padrino, y la capacidad —si elijo hacerlo— para dejar mi orgullo a un lado en todas las circunstancias que mi vida me puede presentar. Hasta que no pudiera mirarme a mí mismo y ver que en muchas circunstancias yo era el problema y responder de la forma apropiada interna y externamente; hasta que no pudiera deshacerme de mis esperanzas y darme cuenta de que mi serenidad estaba en proporción directa con ellas, no podría experimentar la serenidad y la sana sobriedad.

 

LA ESPERANZA

2 de marzo

No te desanimes. 

ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS, p. 60 

No te desanimes. 

ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS, p. 60 

Hay pocas experiencias que tengan para mí menos valor que la sobriedad lograda con rapidez. Con demasiada frecuencia, las esperanzas poco realistas han acarreado el desaliento, sin mencionar la lástima de mí mismo y el cansancio por haber querido cambiar el mundo antes del sábado que viene. El desaliento es una señal que me advierte la posibilidad de haber pisado el terreno de Dios. La clave de realizar mis posibilidades está en reconocer mis limitaciones y en creer que el tiempo no es una amenaza sino un regalo.

La esperanza es la llave que abre la puerta por la que salimos del desconsuelo. El programa me promete que, si no me echo el primer trago hoy, siempre tendré esperanza. Habiendo llegado a creer que guardo lo que comparto, cada vez que le doy ánimo a otro se me da ánimo. Unido con otros, por la gracia de Dios y la Comunidad de A.A., voy caminando por el camino del destino feliz. Que yo siempre tenga presente que el poder que está dentro de mí es muy superior a cualquier temor que se me presente. Que yo siempre tenga paciencia, porque estoy en el buen camino.

 

FUNCIONA

1 de marzo

Funciona — realmente funciona.

ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS, p. 88

Funciona — realmente funciona.

ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS, p. 88

Cuando logré mi sobriedad, al principio tenía fe únicamente en el programa de Alcohólicos Anónimos. La desesperación y el temor me mantenían sobrio (ayudado quizás por un padrino cariñoso y duro). La fe en un Poder Superior me llegó mucho más tarde. Al comienzo esta fe venía lentamente, después de que yo empezaba a escuchar a los otros compartir en las reuniones acerca de sus experiencias — experiencias a las que nunca me había enfrentado sobrio, pero con las cuales ellos se estaban enfrentando reforzados por un Poder Superior. De este compartimiento surgía la esperanza de que yo también podría “conseguir” un Poder Superior y que lo haría. Con el tiempo llegué a saber que un Poder Superior —una fe que funciona sean cuales sean las circunstancias— es posible. Hoy esta fe, más la honestidad, la liberalidad de mente y la buena disposición para trabajar en los Pasos, me da la serenidad que busco. Funciona — realmente funciona.

 

UN MILAGRO DE A.A.

29 de febrero

Salvo algunos breves momentos de tentación, el pensamiento de beber nunca ha vuelto a su mente; y en esos momentos de tentación, ha sentido una gran revulsión. Es aparente que no podría beber, ni aun queriendo hacerlo. Dios le ha devuelto la cordura.

ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS, p. 57

Salvo algunos breves momentos de tentación, el pensamiento de beber nunca ha vuelto a su mente; y en esos momentos de tentación, ha sentido una gran revulsión. Es aparente que no podría beber, ni aun queriendo hacerlo. Dios le ha devuelto la cordura.

ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS, p. 57

La palabra “Dios” me infundió temor la primera vez que la vi asociada con los Doce Pasos de A.A. Había probado todos los métodos posibles para dejar de beber, y todavía me resultaba imposible sostener el deseo de hacerlo por algún período de tiempo. ¿Cómo podría creer en un “Dios” que me permitiese hundirme en la profunda desesperación que me ahogaba — ya fuera que bebiera o no?

La solución estaba en admitir al fin que podría ser posible para mí conocer la misericordia de un Poder superior a mí mismo, que me podría conceder la sobriedad si yo estuviese dispuesto a “llegar a creer”. Admitir, por fin, que yo era uno entre otros muchos, y seguir el ejemplo de mi padrino y de otros miembros de A.A., practicando una fe que yo no tenía, le ha dado a mi vida sentido, un objetivo y una dirección.

¿CÓMO? ¿NO HAY PRESIDENTE?

28 de febrero

Cuando se les dice que nuestra Sociedad no tiene un presidente con autoridad para gobernarla, ni un tesorero que pueda exigir el pago de cuotas… nuestros amigos se quedan asombrados y exclaman, “Esto no puede ser…”

DOCE PASOS Y DOCE TRADICIONES, p. 128

Cuando se les dice que nuestra Sociedad no tiene un presidente con autoridad para gobernarla, ni un tesorero que pueda exigir el pago de cuotas… nuestros amigos se quedan asombrados y exclaman, “Esto no puede ser…”

DOCE PASOS Y DOCE TRADICIONES, p. 128

Cuando por fin llegué a A.A. no podía creer que no había tesorero que pudiera “exigir el pago de cuotas”. No me podía imaginar una Comunidad que no exigiera contribuciones económicas a cambio de servicios. Fue la primera —y hasta la fecha la única— experiencia que tuve de recibir “algo por nada”. Ya que no me sentía abusado o engañado por los A.A., me era posible abordar el programa sin prejuicios y con mente abierta. No querían nada de mí. ¿Qué tenía que perder? Doy gracias a Dios por la sabiduría de los cofundadores que conocían tan bien el desdén que tiene el alcohólico a ser manipulado.

 

UNA ESTABILIDAD ÚNICA

27 de febrero

… en A.A. la única autoridad es un Dios amoroso tal como se exprese en la conciencia de grupo… El anciano estadista es el que ve lo sabia que es la decisión del grupo, que no siente ningún rencor al verse reducido a una posición menos importante, cuyo criterio, madurado por una larga experiencia, es equilibrado, y que está dispuesto a quedarse al margen, esperando pacientemente el desarrollo de los acontecimientos.

DOCE PASOS Y DOCE TRADICIONES, pp. 128, 131

… en A.A. la única autoridad es un Dios amoroso tal como se exprese en la conciencia de grupo… El anciano estadista es el que ve lo sabia que es la decisión del grupo, que no siente ningún rencor al verse reducido a una posición menos importante, cuyo criterio, madurado por una larga experiencia, es equilibrado, y que está dispuesto a quedarse al margen, esperando pacientemente el desarrollo de los acontecimientos.

DOCE PASOS Y DOCE TRADICIONES, pp. 128, 131

En la tela de la recuperación del alcoholismo están tejidos los Doce Pasos y las Doce Tradiciones. Conforme progresaba mi recuperación, me daba cuenta de que este nuevo manto estaba hecho a mi medida. Los veteranos del grupo, amablemente, me ofrecían sugerencias cuando me parecía imposible cambiar. Las experiencias compartidas de todos se convertían en la sustancia misma de amistades valoradas. Yo sé que la Comunidad está lista y preparada para ayudar a todo alcohólico en todas las encrucijadas de la vida. En este mundo rodeado de multitud de problemas, esta seguridad me parece una estabilidad única. Aprecio mucho la dádiva de la sobriedad. Le doy gracias a Dios por la fortaleza que recibo en una Comunidad que verdaderamente existe para el bien de todos sus miembros.

 

UNA HISTORIA DE ÉXITO FUERA DE LO COMÚN

26 de febrero

“A.A. no es una historia de éxito en el sentido común y corriente de la palabra. Es la historia del sufrimiento transmutado bajo la gracia en progreso espiritual”.

COMO LO VE BILL, p. 35

“A.A. no es una historia de éxito en el sentido común y corriente de la palabra. Es la historia del sufrimiento transmutado bajo la gracia en progreso espiritual”.

COMO LO VE BILL, p. 35

Al entrar en A.A., escuchaba a otra gente hablar de la realidad de su vida de bebedor: la soledad, el terror y el sufrimiento. Al escucharles más, les oía describir otra realidad muy diferente: la realidad de la sobriedad. Es una realidad de libertad y de felicidad, de intención y dirección, y de serenidad y tranquilidad con Dios, con nosotros mismos y con otra gente. Cuando asisto a las reuniones, me reintroducen a esta realidad una y otra vez. La veo en los ojos y la escucho en las voces de aquellos alrededor mío. Trabajando en el programa, encuentro la dirección y la fortaleza que me hacen posible hacer mía esta realidad. La alegría de A.A. es que esta nueva realidad está a mi alcance.