HOY, SOY LIBRE
Esto me llevó a la sana conclusión de que había muchísimas situaciones en el mundo ante las cuales yo no tenía ningún poder personal — que si estaba tan dispuesto a admitir que éste era el caso respecto al alcohol, tendría que reconocer lo mismo respecto a otros muchos asuntos: tendría que sosegarme y saber que Él, no yo, era Dios.
COMO LO VE BILL, p. 114
Estoy aprendiendo a practicar la aceptación en todas las circunstancias de mi vida, para poder disfrutar de tranquilidad de espíritu. En el pasado la vida era una constante batalla porque yo creía que tenía que pasar cada día peleando conmigo mismo y con todos los demás. Finalmente, esto se convirtió en una batalla perdida. Terminaba emborrachándome y llorando por mi miseria. Cuando empecé a desprenderme y dejar que Dios se hiciera cargo de mi vida, empecé a tener tranquilidad de espíritu. Hoy soy libre. Ya no tengo que pelear con nadie ni con nada.
Reflexiones diarias
Del libro Reflexiones diarias
Copyright © 1991 por Alcoholics Anonymous World Services, Inc. Todos los derechos reservados.
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