La Hermana María Ignacia

Esta singular religiosa dedicó varias décadas de su vida al cuidado de miles de alcohólicos. La Hermana Ma. Ignacia (1889-1966) fue muy querida por todos los que se relacionaron con ella o recibieron su ayuda. Se la solía llamar el “ángel de Alcohólicos Anónimos”.

Biografía

Su nombre era Della Mary Gavin y nació en Irlanda en 1889. La Hermana Ignacia trabajó estrechamente con el Dr. Bob. A partir de 1939, trabajaron juntos para ayudar a admitir alcohólicos al Hospital Santo Tomás [St. Thomas Hospital] de Akron, Ohio. La Hermana Ignacia superó muchos obstáculos para cuidar personalmente a miles de alcohólicos Durante varias décadas ayudó a los alcohólicos en Akron, y luego en el Hospital de la Caridad de San Vicente [St. Vincent Charity] en Cleveland.

La Hermana Ignacia (1889-1966) fue muy querida por todos los que se relacionaron con ella o recibieron su ayuda. Se la solía llamar el “ángel de Alcohólicos Anónimos”.

Originalmente estudió y se dedicó a la música. Su orden, las Hermanas de la Caridad de San Agustín, la transfirió a Akron. Allí trabajo en la oficina de admisiones del Hospital Santo Tomás. Fue en esa función que conoció inicialmente al Dr. Bob y trabajó con él. Hablando con Bill W., la Hermana rememoró momentos muy preciados de su labor con el Dr. Bob.

El Dr. Bob era la esencia de la dignidad profesional. Tenía un gran sentido del humor y un vocabulario excepcional… Cuando miro hacia atrás me doy cuenta de que el Dr. Bob, poco a poco, pero sin dudarlo ni un instante, me estaba preparando para el gran proyecto que tenía en mente. A menudo hablábamos sobre el problema del alcoholismo y las tragedias que causa el beber en exceso. La persona presa de la adicción alcohólica suele ser una ruina, con el cuerpo, el alma y el corazón destrozados, e incapaz de controlarse. Sus seres queridos también sufren; se veían muchos hogares y corazones destrozados por la compulsión por beber”.
— La Hna. Ignacia en una entrevista grabada con Bill W. en 1954
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Su labor de ayudar a los alcohólicos la hacía con gran dignidad y modestia. En diciembre de 1949, le otorgaron la medalla Poverello de la Universidad de Steubenville. La medalla le fue entregada en nombre de la Comunidad de A.A. por su incansable labor con los alcohólicos en Akron. En marzo de 1961, la Hna. Ignacia recibió una carta de reconocimiento de la Casa Blanca.  Compartió esta carta sobre sus contribuciones pioneras con Bill W. La carta decía:

 

Estimada Hermana María Ignacia:

Por medio de un admirador suyo, el presidente se ha enterado de la gran labor que ha llevado a cabo en el hospital Santo Tomás en Akron, y más recientemente en el Hospital de San Vicente en Cleveland.

Él ha sido informado de que un gran número de ciudadanos han recobrado su condición de ciudadanos útiles gracias a sus esfuerzos. Por haber sido una poderosa influencia para el bien de tanta gente, usted ha fortalecido a su comunidad y a toda la nación”.
— Carta de la Casa Blanca a la Hermana Ignacia

In response to receiving a copy of the President’s letter, Bill responded to Sister Ignatia and wrote:

Hemos leído la maravillosa carta que el presidente Kennedy pidió que se le enviara. Me hace recordar que no tengo palabras para expresar mi agradecimiento y mi devoción para con usted, por la constante inspiración que ha sido para mí y para muchas otras personas a lo largo de los años, gracias al ejemplo que nos ofrece de lo más noble que puede haber en todo lo que es espiritual y eterno, así como en lo temporal”.
— Carta de Bill W. a la Hermana Ignacia

Luego de la muerte del Dr. Bob en 1950, la Hna. Ignacia continuó su labor en Santo Tomás. Luego, en 1952, pasó a trabajar en el Hospital de la Caridad de San Vicente en Cleveland. Estuvo a cargo de su pabellón alcohólico. A su llegada, el pabellón en el Hospital de la Caridad era parte de un ala en muy mal estado, que necesitaba urgentemente una renovación. A instancias de la Hermana y con mucha ayuda de miembros de A.A. con conocimientos de carpintería, el pabellón fue transformado. Pasó a llamarse Rosary Hall Solarium. 

La Hermana Ignacia le daba a cada paciente que había recibido sus cuidados un detente del Sagrado Corazón. Le hacía prometer a cada persona que lo recibía que devolvería el detente antes de volver a tomar.

La Hna. Ignacia murió en Richfield, Ohio, el 1o. de abril de 1966, a la edad de 77 años. Se calcula que unas 3,000 personas asistieron a su funeral, incluyendo al cofundador de A.A. Bill W.