La mayoría de las personas acuden a AA cuando llegan a un fondo en su carrera de bebedores. Pero este no es siempre el caso. Muchas personas han llegado a la Comunidad mucho después de haber tomado el último trago. Una persona, que reconoció que no podía controlar el alcohol, había estado sin beber unos seis o siete años antes de convertirse en miembro de AA. Su sobriedad autodirigida no había sido una experiencia muy feliz. El aumento de la tensión y una serie de contratiempos menores de la vida cotidiana iban a llevarla a hacer más experimentos con el alcohol, cuando un amigo sugirió que probara AA. Han pasado varios años desde que entró al programa y dice que no hay comparación entre la agradable sobriedad de hoy día y su lastimosa sobriedad del pasado. Otras personas relatan experiencias similares. Si bien saben que es posible permanecer sobrio con gran sufrimiento y dificultad durante largos períodos de tiempo, dicen que es mucho más fácil para ellos disfrutar y fortalecer su sobriedad cuando se reúnen y trabajan con otros alcohólicos en AA. Al igual que la mayoría de las personas, ven que no hay razón para hacer los cosas de la manera más difícil. Si les da a escoger entre la sobriedad fuera o dentro de la Sociedad, se quedan con AA.