AA no tiene gerentes ni personal directivo con poderes o autoridad sobre los demás miembros de la Comunidad. En AA no hay un “gobierno”. Claro está, sin embargo, que incluso en una organización informal, hay ciertas labores que hacer. En los grupos locales, por ejemplo, alguien tiene que encargarse de conseguir un lugar apropiado para las reuniones; es necesario planear las reuniones y sus programas; se requiere proveer café y refrescos, que tanto contribuyen a hacer más agradable el ambiente durante las reuniones. Muchos grupos también consideran conveniente asignarle a alguno la responsabilidad de mantener el contacto con lo que sucede en AA tanto en el ámbito nacional como el internacional. Cuando un grupo local está recién organizado, algunos de sus miembros asumen voluntariamente la responsabilidad de actuar informalmente como servidores del mismo Tan pronto como se puede, sin embargo, esas responsabilidades van pasando, por medio de elecciones, a otros miembros del grupo y por períodos de tiempo limitado. Un grupo típico de AA puede tener un coordinador, secretario, un comité de programa, un comité de hospitalidad, un tesorero y un representante de servicios generales que actúa en nombre del grupo en las reuniones de área o regionales. Los nuevos miembros que hayan pasado un tiempo razonable de sobriedad son instados a que asuman parte de las responsabilidades del grupo. Tanto en el ámbito nacional como en el internacional, hay también ciertas tareas específicas que llevar a cabo. Es necesario redactar, imprimir y distribuir literatura a los grupos o individuos que la soliciten. Es necesario contestar las preguntas que se reciban de los grupos nuevos o ya establecidos. Es necesario atender a las solicitudes de información sobre AA y su programa de recuperación del alcoholismo. Es necesario informar a los médicos, miembros del clero, hombres y mujeres de negocios y directores de instituciones. También hay que establecer y mantener relaciones públicas con la prensa, la radio, la televisión, el cine, Internet y otros medios de comunicación e información. Para asegurar el sano desarrollo de AA los primeros miembros de la Sociedad, junto con algunos amigos no alcohólicos, establecieron un consejo supervisor, que se conoce ahora como la Junta de Servicios Generales de Alcohólicos Anónimos. Esta sirve de guardiana de las Tradiciones de AA y de sus servicios generales, y además asume la responsabilidad por la calidad de los servicios de la Oficina de Servicios Generales de AA en Nueva York. El lazo de unión entre los grupos de AA de los Estados Unidos y Canadá y la Junta de Servicios es la Conferencia de Servicios Generales de AA. La Conferencia, compuesta por aproximadamente 93 delegados de área, los 21 custodios de la junta, los miembros del personal de la Oficina de Servicios Generales y otros integrantes, se reúne durante varios días cada año. La Conferencia es exclusivamente un órgano consultor y de servicios, y no tiene autoridad para reglamentar o gobernar a los miembros de AA. Por ello, la respuesta a la pregunta de “¿quién dirige AA?” es que Alcohólicos Anónimos es una organización singularmente democrática que no tiene un gobierno centralizado y cuya organización formal se mantiene al mínimo.