La charla de despedida del Dr. Bob

El Dr. Bob y Bill W., fueron los cofundadores de A.A.


Mis buenos amigos en AA y de AA:

 

Me estremezco de emoción al echar un vistazo a este vasto mar de caras, con la sensación de que posiblemente alguna pequeña cosa que hice hace algunos años, desempeñó un papel infinitamente pequeño en hacer posible esta reunión. También me emociono mucho al pensar que todos nosotros tuvimos el mismo problema; todos hicimos las mismas cosas. Todos nosotros obtenemos los mismos resultados en proporción a nuestro entusiasmo, celo y perseverancia. Sabrán perdonar que, en esta ocasión, traiga a colación una observación personal. Quiero contarles que he estado en cama cinco de los últimos siete meses y no he recuperado las fuerzas como yo quisiera, por lo que mis palabras serán —por necesidad— muy breves.
 

Hay dos o tres cosas que me vinieron a la mente, en las que sería apropiado poner un poco de énfasis: Una es la simplicidad de nuestro programa. No la echemos a perder con complejos freudianos y cosas que son de interés para la mente científica, pero que tienen poco que ver con nuestra verdadera labor de AA. Si resumimos nuestros Doce Pasos a su mínima expresión, su esencia está en las palabras amor y servicio. Entendemos lo que es el amor y entendemos lo que es el servicio; así es que tengamos presentes esas dos cosas.
 

Recordemos también vigilar a ese descarriado miembro que es la lengua y, cuando tengamos que usarla, hagámoslo con bondad, consideración y tolerancia.
 

Y algo más: Ninguno de nosotros estaría hoy aquí si alguien no se hubiera tomado el tiempo para explicarnos las cosas, para darnos una palmadita en la espalda, para llevarnos a una o más reuniones; para llevar a cabo pequeños y numerosos actos llenos de bondad y consideración hacia nosotros. Por lo tanto, no caigamos nunca en una comodidad autocomplaciente hasta el grado de que no estemos dispuestos a ofrecer—o tratar de ofrecer— a nuestros hermanos menos afortunados, la ayuda que ha sido tan benéfica para nosotros.

 

Muchas gracias.

 

*Tomada de las breves palabras que pronunció el doctor Bob el domingo 30 de julio de 1950, en la primera Convención Internacional de AA en Cleveland, Ohio.